"Todos conocemos la historia. Pequeña niña virgen, pura y dulce. Atrapada en el cuerpo de un cisne. Desea la libertad, pero solo el amor verdadero romperá el hechizo. Su deseo es casi concedido en la forma del príncipe. Pero antes de que pueda declarar su amor, su gemela lujuriosa, el cisne negro, lo engaña y seduce. Devastada, el cisne blanco salta desde un precipicio. Matándose, va a la muerte y encuentra la libertad."
Todos tenemos un angelillo y un demonio internos, no se si bailarán tan bien como los cisnes de la peli, pero ahi están siempre, dando guerra. El cisne blanco: correcto, frágil, amante de la perfección. El cisne negro: caótico, fuerte, destructivo. Ambos igual de poderosos, ambos igual de opuestos. Solo una línea finísima los separa, tan fina que no solemos distinguir en qué lado del ying yang nos encontramos. Admito que no sabría con cual quedarme, fuerza y perfección son dos cualidades que me atraen demasiado. Quizá haya también cisnes grises, quien sabe. Gran película.
"La perfección no se trata solo de control, también se trata de dejarlo todo."
Quiera o no, mi caos interno siempre me acercará al negro.
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